12 De Septiembre De 2002. Miembros De La Cofradía De Jesús En Una Tradicional Caldereta
Pintando la Semana Santa
El estudio estaba especialmente desordenado aquella mañana, el pintor somnoliento y legañoso se levantó y se abrió paso hasta la ventana, la abrió y un rayo de sol le hizo cerrar los ojos mientras que el aire fresco de la mañana le espabilaba poco a poco. Al rato comenzó a oír a lo lejos una música conocida que le recordaba que su trabajo debía estar pronto listo para la exposición anual y se puso manos a la obra, el lienzo estaba sobre el caballete, la paleta de pinturas cerca de un montón de libros, buscó unos pinceles, los preparó y comenzó a llenar la paleta con todos los colores imaginables.
Primero hizo un esbozo del escenario, del marco donde se desarrollaría el tema de su pintura y eligió el mismo de siempre, el que realzaba con su belleza y peculiaridad las obras de todos los años, este año sería igual y el próximo, y todos. Era su escenario preferido. También tenía claras las líneas principales de la escena y comenzó a dibujarlas, llenando el lienzo con todos los matices y mezclando todos los colores en una muestra sin igual de armonía y perfección cada pincelada completaba a la anterior, le daba sentido al igual que la pincelada siguiente se lo daría a ella.
Paraba y observaba el lienzo; la música, su banda sonora de cornetas y tambores, sonaba ahora alta y clara, este año le sonaba mejor que nunca y le dedicó un rincón en el cuadro… estaba casi acabado…cerró los ojos, respiró hondo, miro el lienzo, miro la paleta , agarró el pincel y mezcló colores y con pulso firme remató con una pincelada de color morado.
A todos los “pintores” que hacen posible la Semana Santa jerezana.
Antonio Manuel Rivera Carrasco
Cronista de Nuestro Padre Jesús Nazareno
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