Está comenzando el año y ya es un año triste para la cofradía, Narciso Gutiérrez Sánchez, así se llamaba Curri, se nos ha ido.
El Cofrade, el amigo Curri no nació en Jerez, aunque ahora cueste creerlo, se instaló con su taller aquí, era un gran mecánico de Badajoz. Pero como ocurre tantas veces, esta ciudad es muy traicionera en eso, se enamoró de ella, y tanto que fue un jerezano más. También se enamoró de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, porque en eso, la cofradía, es traicionera, no te deja escapar; por eso él se implicó hasta el punto de no parar de trabajar para ella, siempre perteneció a su Junta de Gobierno, excepto en breves periodos, ¡le hecho ganas a eso de colaborar!, quiso estar en donde se toman las decisiones, el sitio más complicado, para aportar su grano de arena… y ahora nos hemos quedado huérfanos.
Curri era una persona con iniciativa, con ideas, por eso fue uno de los impulsores para retomar un paso que llevaba años sin procesionar las tardes del Viernes Santo, la Muerte Pelá, que él mismo restauró en su taller, incluso estos últimos años habíamos hablado de la necesidad de volver a restaurarlo; se implicó hasta la extenuación en la colocación de las lámparas de Santa María, estos últimos años apoyando a los muchachos de la banda de cornetas y tambores. Tantas cosas hizo durante su vida para la cofradía que sería interminable el enumerarlas, y no sé si es necesario hacerlo, creo que no, porque su vida lo dice todo. Para nosotros ha quedado su ejemplo de integridad, pundonor y lucha, para y por nuestra cofradía tan amada. Personalmente me quedo, sin duda es egoísta, con estos últimos cuatro años, con sus consejos, sus palabras y su apoyo.
Hoy Curri estará, con su túnica morá, junto a Nuestro Padre Jesús Nazareno, en el cielo de los Cofrades, en donde seguro que habrá un rinconcito para Jerez, chiquitito, nosotros somos una humilde ciudad, pero que sin duda brillará con luz propia, y allí estará ayudando a preparar la próxima salida de la procesión, o montando algún paso, o, en definitiva, lo que haga falta para que todo salga bien y además con la humildad de no hacerse notar. Seguro que este Viernes Santo, desde su balcón del cielo, nos estará viendo y a las siete gritará con nosotros ¡Arriba Jesús!
Emilio Ceballos-Zúñiga Rodríguez.
Hermano Mayor Presidente.
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