Continuamos con Manuel Guerrero Molina de 73 años, lleva toda la vida en la cofradía, posiblemente por la costumbre de muchos padres, todavía frecuente hoy en día, de apuntar a sus hijos en cuanto nacían a la cofradía
Entró en la misma por tradición familiar, en ella dice Manolo “estaba mi difunto padre, aunque toda mi familia pertenecía a la cofradía” y de hecho así se demuestra ya que como hemos dicho, ya aparece, como miembro de la Junta de Gobierno de 1862, Manuel Guerrero, antepasado suyo.
En cuanto a su papel o trabajo en la cofradía comenta:
“pues a lo largo de mi vida he desempeñado varios cargos nunca llegué a echarme para atrás cuando era necesario”
¿De los múltiples aspectos que tiene la cofradía, con cual te has vinculado más?
“uno de los que más destacaría fue en su día el de la Verónica ya que a fuerza conseguía ponerla a punto para que saliera lo mejor posible en nuestra ceremonia” y también añade que los trabajos realizados “han sido todos buenos ya que lo hice todos con mucho cariño”
De nuestros tres desfiles procesionales comenta que “siempre el que más me gusto fue el de por la mañana” y destaca todo lo referente a nuestra cofradía, o no destaca nada en particular, simplemente la evolución: “los tiempos cambian igual que cambiamos nosotros”
Recuerda todas sus experiencias con especial cariño pero destaca “las innovaciones y los estreno que hemos tenido durante nuestra larga vida en ella para estar donde nos corresponde”
En cuanto a momentos se queda con el Encuentro y todo lo relacionado con él, destacando igualmente nuestra Escolta Romana.
Para Manolo la cofradía también tiene un gran significado, para él es “lo máximo, un espectáculo religioso de lo más grande”
Así damos por concluido el breve cuestionario al que Manuel añade: “Sólo quiero añadir a todo esto la implicación de la juventud para que no falte el entusiasmo y el cariño que esto conlleva.”
Manuel Guerrero junto a la Buena Mujer o Verónica en la Ceremonia del Paso.
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