Durante la representación de la obra teatral, el Corral Templario cierra sus puertas hasta que ésta acaba, ya que está justo al lado de donde se representa la misma. Después abre de nuevo pero no por ello cesa la actividad, ya que justo enfrente se encuentra el Mirador de Jesús, en el que se sigue atendiendo al público. En la imagen vemos como numerosas manos se afanan en asar carne y preparar las distintas raciones de pinchos morunos, chuletas o montados de lomo.
